10 Consejos para evitar problemas en los oídos en un viaje de buceo vida a bordo
Una de las partes del cuerpo que más nos “castiga” cuando estamos en un viaje de buceo vida a bordo o si nos sumergimos con mucha frecuencia es, sin duda, el oído.
El problema principal que puede afectar a los oídos se produce, como la mayoría sabéis, por el cambio de presión que éstos sufren a medida que descendemos. Normalmente, una buena compensación evitará este inconveniente. Pero no siempre esto es posible. Falta de experiencia, mala técnica, nerviosismo, situación estresante, corrientes que nos obligan a descender rápidamente, el grupo que no espera, un tiburón merodeando J…
Hay factores que pueden lograr que nuestra compensación no sea la adecuada, exponiendo a nuestros oídos a lo que se conoce como un barotrauma.
En los casos más graves, puede llegarse a la rotura del tímpano. Pero lo más habitual son ligeras molestias o malestar que muchas veces se manifiesta con la sensación de tener los oídos llenos de agua. A veces, es simplemente lo que ocurre pero, en otras ocasiones, esta sensación se debe a una mala maniobra de compensación.
Por otro lado, durante un crucero de buceo, el oído estará sometido constantemente a un ambiente húmedo y rico en bacterias y microrganismos. Condiciones idóneas para una buena infección que nos causará dolor e inflamación de los oídos.
Cuando sufres alguno de estos trastornos en una inmersión puntual, es sencillo evitar que ésta se agrave más. Puedes consultar directamente con el médico o, si ya te ha ocurrido más veces, tal vez sepas cómo reaccionar a tiempo y evitar que genere una dolencia mayor dejando de bucear por unos días hasta que las aguas vuelvan a su cauce.
Pero, ¿qué ocurriría si en su lugar estuvieras disfrutando de tus merecidas vacaciones en un viaje de buceo vida a bordo? Seguro que no querrías perderte ninguna inmersión. En este caso, es mejor actuar a tiempo para que tu crucero de buceo no se vea entorpecido por este tipo de contratiempo.
Así que, como de costumbre, lo mejor es prevenir.
Aquí te proponemos una serie de consejos que te ayudarán a disfrutar de tu viaje de buceo sin que tus oídos te den demasiada guerra:
Aprende a compensar de forma apropiada
Es habitual que, durante las primeras inmersiones del safari de buceo, si no tienes mucha experiencia, no realices de forma correcta la maniobra de compensación. La más habitual, utilizada por la mayoría de los buceadores, es la maniobra de Valsalva.
Esta técnica consiste en pinzar la nariz con nuestros dedos y expulsar el aire con la fuerza del diafragma para equilibrar las presiones entre el exterior y el interior de nuestros oídos. Ojo, hay que hacerla con cuidado pues podríamos crear nosotros mismos el barotrauma si soplamos demasiado fuerte. Como aprendiste en tu curso de buceo, la compensación siempre debe ser suave y poco a poco. Si ya te cuesta demasiado equilibrar los oídos e incluso sientes una ligera molestia, deberás subir unos centímetros para reducir la presión exterior e intentarlo de nuevo.
Otra técnica más eficaz, aunque un pelín más compleja, es la que emplean los apneistas: la maniobra de Frenzel. Consiste en pinzar la nariz al tiempo que cerramos la boca y expulsamos el aire a la vez que contraemos la epiglotis. Es como si intentases pronunciar la letra “K” o la sílaba “GU”. Esta segunda opción es muy utilizada por aquellos que practican apnea ya que es más rápida y menos agresiva para los oídos. Aparte de estas ventajas, hay que sumarle que tu cuerpo está más relajado que cuando realizas la maniobra de Valsalva y además empleas menos aire ya que utilizas el que hay en el interior de tu boca. Practica ambas y elige la técnica que mejor te funcione.
Cuida tu posición al compensar
A veces, te puede ayudar mantener una posición vertical mientras compensas, con la cabeza hacia arriba. O girar levemente el cuello hacia un lado para ayudar a que el aire circule mejor por las trompas de Eustaquio.
Endulza o lava tus oídos después de bucear
En un viaje de submarinismo típico, por ejemplo, un vida a bordo en el Mar Rojo, se realizan entre 3 y 4 inmersiones al día. Tus oídos estarán constantemente húmedos, convirtiéndose en un caldo de cultivo inmejorable para que proliferen los “bichitos”.
Después de cada inmersión, utiliza agua dulce para lavar tus oídos y limpiar su interior de sal y, sobretodo, de los microorganismos marinos que han podido alojarse.
Seca bien tus oídos
Puedes utilizar una toalla, paño, aire caliente…
Usa productos como el alcohol boricado
Se vende en la farmacia bajo petición. Habitualmente lo tienen que elaborar y no todas las farmacias pueden hacerlo. Su función es secar el oído y actuar como un antiséptico que previene la aparición de hongos y bacterias causantes de la infección, manteniendo un pH ácido en el oído (función que realiza de forma natural el cerumen). No debes abusar de él ya que podría provocar una irritación del canal auditivo. Normalmente, un par de gotas al final del día cumple el objetivo. Ten en cuenta que tiene fecha de caducidad, así que te valdrá para uno o dos viajes de buceo únicamente.
Es posible elaborar un «alcohol boricado» casero sustituyendo el ácido bórico por ácido acético, es decir, vinagre. Por ejemplo, para preparar una botellita de 100 cc, bastaría con conseguir alcohol del 70% y añadirle unas 70/80 gotas de vinagre. Idealmente que la botella tenga dosificador con gotas.
Gotas para prevenir o curar la infección
Además del alcohol boricado, en las farmacias se venden unas gotas muy prácticas que tienen componentes antibacterianos, antifúngicos y antiinflamatorios. Éstas se utilizan cuando ya ha aparecido la infección del oído externo y el dolor, aunque sea leve. En España, suelen requerir receta médica. Hay también gotas de nadador que sirven para prevenir esta infección y se pueden conseguir sin receta.
Cuidado con la higiene del oído
Puede ser un problema tanto por defecto como por exceso. Una limpieza inapropiada o el mal uso de los bastoncillos pueden acumular cera generando tapones que impedirán compensar. Una limpieza excesiva eliminará totalmente el cerumen cuya función es, precisamente, proteger frente a partículas e infecciones.
Si empiezas a sentir molestias en tus oídos, usa la capucha
El uso de la capucha reduce el contacto con pequeños organismos que pueden provocar infecciones. Si estás en un sitio cálido, puedes usar capuchas finitas como las del tejido Lavacore. OJO, que si está muy ajustada, puede dificultar la compensación.
Cuidado con el tabaco y el alcohol
Aparte de ser malos compañeros del buceo por otros muchos motivos, no ayudan en la compensación. Intenta evitar fumar justo antes de ir a bucear.
Cuidado con los resfriados y alergias
Si estás congestionado o con alergia, tus trompas de Eustaquio y/o senos nasales pueden encontrarse bloqueados por mucosidad. En estos casos, la recomendación es no bucear hasta que tus vías se encuentren despejadas, pues te arriesgas a dañar tus oídos al no poder compensar de forma apropiada. Pueden producirse situaciones, principalmente para instructores de buceo y divemaster, en la que los problemas de compensación aparecen habitualmente en la subida y no son capaces de igualar las presiones y, además, se ven obligados a meterse en el agua o ya se encontraban en ella, con una gran congestión y sus vías llenas de mocos. ¿Cómo podríamos salir del paso si tenemos que bucear de forma contínua?
- Previamente, se puede utilizar algún spray nasal. OJO, no se recomienda pues sus efectos pueden pasar en poco menos de una hora y entonces vienen los problemas. Parece ser que los que poseen compuestos como la oximetazolina tienen una duración mayor. En cualquier caso, mejor consulta con tu médico.
- Los medicamentos antihistamínicos ayudan a que la mucosa se disuelva. Hay gente que toma estas sustancias antes de bucear. Nuevamente, nuestra recomendación es que lo consultes con tu médico o farmacéutico.
- Y las más natural y barata, aunque quizás un poco más desagradable, el agua marina. Inhala agua de mar por la nariz y exhala con fuerza para limpiar tus conductos.
Si llevas a cabo estas instrucciones y no funciona cuando estás subiendo, deberás ascender lo más despacio posible tratando de compensar. Pero recuerda que al subir no debes utilizar las maniobras de Valsalva o Frenzel, pues empeorarías la situación. Tienes que tragar saliva, mover las mandíbulas, o incluso masajear la parte externa de los oídos tratando de abrir un poco las vías. En fin, ya te dijimos que lo más sensato en estos casos hubiera sido no bucear.
Durante los cruceros de buceo en sitios cálidos, es muy fácil resfriarse por las oscilaciones de temperatura tan grandes que hay entre el exterior y el interior con aire acondicionado. El cambio es muy brusco, así que llévate una chaqueta fina o pañuelo para protegerte. Y sobre todo trata de no ponerte enfrente del aire acondicionado cuando está a toda pastilla.
Si pones en práctica todos estos pequeños consejos, seguro que no tendrás ningún problema durante tus vacaciones de buceo. Recuerda que la mejor manera de solucionarlo es prevenir antes de que ocurra. Así que prepara tus maletas, ponte un rumbo y … ¡ a bucear!