Bucear en las islas Columbretes
La Reserva Natural de las islas Columbretes es un conjunto de islas de origen volcánico situado en el mar Mediterráneo, a 30 millas de la provincia de Castellón en la Comunidad Valenciana.

Fueron los romanos (en tiempos de Plinio, Male o Estrabón) quienes dieron origen al nombre de estas pequeñas islas: Columbretes deriva del latín Columber que significa serpiente. Anteriormente los griegos las llamaban las Ophiusas. En ambos casos, los nombres hacen referencia a la gran abundancia de estos reptiles.
En el siglo XIX, las islas Columbretes eran visitadas de forma ocasional por pescadores, navegantes, piratas, corsarios y contrabandistas que se servían del archipiélago como punto de encuentro y lugar de operaciones.
No fue hasta el año 1856 que las Columbretes tuvieron una población estable por motivo de la construcción del faro. Fue en este momento cuando el gran número de víboras que habitaban la isla, supuso un problema grave que había que solucionar.

Se tomaron diferentes medidas para eliminarlas: enviaron pelotones de reos a los que se concedían remisiones de pena a cambio de su trabajo. Soltaron piaras de cerdos y gallinas para que se las comieran. Incluso llegaron a provocar incendios para exterminarlas. Con todo ello consiguieron erradicarlas allá por el 1890.
En el 1975 volvieron a quedar deshabitadas al sustituir el viejo faro por uno automático. Se convirtieron entonces en lugar de prácticas de tiro para los militares y la aviación. Los pescadores furtivos también se aprovecharon de la ocasión para explotar sus fondos marinos.

Hoy en día, el principal uso de la isla es turístico.
El archipiélago constituye un enclave natural de alto interés geológico, debido a su origen volcánico. Si observáramos desde el aire la isla principal o I’lla Grossa, apreciaríamos claramente la típica forma redondeada de un cráter. Al sumergirnos en sus cristalinas aguas, disfrutaríamos de su caprichosa topografía, plagada de escollos, grutas y acantilados submarinos que acogen una inmensa biodiversidad marina.

Asimismo, su interés biológico es notable. La vida animal y vegetal de las islas ha sufrido un fenómeno de aislamiento geográfico que ha dado lugar a la evolución de especies endémicas. Tal es el caso de pequeños reptiles como la emblemática lagartija de las columbretes (Podarcis atrata), insectos y caracoles que sólo viven en este diminuto punto del planeta.
Numerosas aves utilizan los acantilados de Columbretes como lugar de anidación: la gaviota de Audouin (Larus audouinii), la gaviota patiamarilla (Larus cachinnans), el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), el paíño común (Hydrobates pelagicus) y el halcón de Eleonor (Falco eleonorae). También, en ocasiones, se establece el halcón peregrino (Falco peregrinus).
Otros sin embargo, utilizan las islas como punto de parada en sus migraciones anuales hacia África. Es posible identificar unas 230 especies de aves distintas a lo largo de un año.

Las especies vegetales que habitan las Columbretes son escasas y se encuentran adaptadas a climas secos y áridos. Encontramos dos endemismos como el mastuerzo marítimo de Columbretes (Lobularia maritima ssp. columbretensis) y la alfalfa arbórea (Medicago citrina). La planta predominante que tapiza toda la isla es la sosa fina (Suaeda vera) que aparece acompañada por otras plantas como el palmito, lentisco, hinojo…Pero la auténtica belleza la descubriremos al bucear en Columbretes. Su claridad nos permite contemplar increíbles paisajes submarinos, poblados de una abundante flora y fauna.

Su lecho se encuentra recubierto por jardines de fanerógamas como Cymodocea, algas pardas (indicadoras de la buena calidad del ecosistema marino) y bosques de laminarias poco frecuentes en otras partes del Mediterráneo. A mayor profundidad, colonias de gorgonias (Paramuricea clavata) y el escaso coral rojo (Corallium rubrum). Todo acompañado de una rica diversidad de peces como meros, corvinas, salmonetes, brótolas, escórporas, sardinas, boquerones… Que acostumbrados a su protección en la reserva, no temen acercarse al espectador.
No será raro toparse con enormes ejemplares de langosta roja, que ha encontrado en estos fondos un sitio ideal para reproducirse. Y esque, bucear en Columbretes, es sinónimo de zambullirse en aguas cristalinas llenas de hermosa fauna submarina.
Sin duda, un lugar único para disfrutar del buceo sin necesidad de desplazarse a lugares más lejanos.
Si quieres bucear en las Columbretes tienes dos opciones: excursiones de un día o de varios días (principalmente fines de semana) en un vida a bordo.